Este artículo analiza dos enfoques dietéticos diferentes para abordar el cáncer: las dietas basadas en plantas y las dietas cetogénicas. Los autores revisan la evidencia científica disponible para cada enfoque y discuten sus posibles beneficios y limitaciones.
Las dietas basadas en plantas se caracterizan por ser ricas en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, y bajas en productos de origen animal. Estas dietas han sido asociadas con un menor riesgo de cáncer y mejores resultados de supervivencia en pacientes con cáncer. Además, proporcionan una variedad de nutrientes, fibra y fitoquímicos con propiedades anticancerígenas.
Por otro lado, las dietas cetogénicas son bajas en carbohidratos y ricas en grasas, lo que induce al cuerpo a un estado de cetosis. Se ha sugerido que esta dieta puede tener efectos beneficiosos en pacientes con cáncer debido a que las células cancerosas prefieren utilizar la glucosa como fuente de energía. Sin embargo, la evidencia científica es limitada y los posibles efectos secundarios, como la acidosis y la desnutrición, deben ser considerados.
Destacan los siguientes puntos:
- Dietas basadas en plantas se han asociado a aproximadamente un 15% de menor riesgo de desarrollar cáncer (EPIC-Oxford, Adventist Health Study-2, UK Biobank)
- Dietas basadas en plantas reducen el riesgo de enfermedades metabólicas como obesidad y diabetes tipo 2, ambas condiciones que aumentan el riesgo de cáncer, además de que dietas basadas en plantas reducen el riesgo de enfermedades crónicas en general, las que se pueden padecer conjuntamente, antes o después del cáncer.
Los resultados de esta revisión sugieren que el cuerpo de evidencia disponible respalda las dietas enriquecidas con plantas por sobre la dieta cetogénica para la reducción del riesgo de cáncer y la mejora de trastornos metabólicos en pacientes sobrevivientes.
Accede al artículo aquí:
Shah UA, Iyengar NM. Plant-Based and Ketogenic Diets As Diverging Paths to Address Cancer: A Review. JAMA Oncol. 2022 Aug 1;8(8):1201-1208.
Blog escrito por: Dra. Francisca Soto-Aguilar B.