El artículo “Dietary Pattern, Gut Microbiota, and Alzheimer’s Disease” (Zhang et al., 2020) destaca que la enfermedad de Alzheimer (AD) se relaciona con inflamación, estrés oxidativo, acumulación de placas de β-amiloide y ovillos de proteína tau, procesos que pueden verse modulados por la dieta a través del eje intestino-cerebro. Una alimentación saludable influye tanto de manera directa—manteniendo la integridad de las membranas neuronales, la síntesis de neurotransmisores y la función de la barrera hematoencefálica—como indirecta, al favorecer una microbiota intestinal diversa y la producción metabolitos antiinflamatorios
Microbiota intestinal y eje intestino-cerebro
El eje intestino-cerebro es clave: la microbiota intestinal regula funciones neurológicas y puede afectar directamente la patogénesis del Alzheimer mediante metabolitos como:
- Ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que protegen barreras intestinales y cerebrales, reducen inflamación y mejoran plasticidad neuronal.
- Neurotransmisores (ej. conversión de glutamato a GABA, síntesis de serotonina), que influyen en memoria y cognición.
- Factores proinflamatorios (ej. lipopolisacárido bacteriano), que pueden dañar la barrera hematoencefálica y agravar el Alzheimer.
La disbiosis intestinal es frecuente en AD: menor abundancia de bacterias antiinflamatorias como Eubacterium rectale y Bacteroides fragilis y aumento de especies proinflamatorias.
Patrones dietarios protectores
Dieta mediterránea :Alta en ácidos grasos omega 3 y polifenoles, provenientes de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva.
- Reduce estrés oxidativo, inflamación y acumulación de proteína beta-amiloide Aβ.
- Favorece la microbiota productora de butirato y mejora sensibilidad a la insulina, reduciendo riesgo de AD.
Patrones dietarios de riesgo
Dieta occidental: alta en grasas saturadas/trans, azúcares y baja en frutas y verduras.
- Disminuye diversidad microbiana, aumenta bacterias proinflamatorias y LPS, daña la barrera intestinal y hematoencefálica.
- Promueve obesidad, resistencia a la insulina y enfermedad cardiovascular, todos factores que elevan el riesgo de AD.
Estrategias potenciales
- Intervenciones en la dieta: por ejemplo a través de la dieta mediterránea, suplementación con omega 3 o prebióticos/probióticos podrían prevenir o retrasar AD
- Terapias como el trasplante de microbiota fecal podrían modular la disbiosis asociada a AD.
En síntesis, el artículo destaca que una alimentación equilibrada y basada en vegetales, rica en grasas insaturadas y antioxidantes, protege el cerebro en parte al mantener una microbiota intestinal diversa y antiinflamatoria, mientras que una dieta occidental favorece la inflamación, la disbiosis y la progresión de Alzheimer
ACCEDE AL ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ: Zhang, M., Zhao, D., Zhou, G., & Li, C. (2020). Dietary Pattern, Gut Microbiota, and Alzheimer’s Disease. Journal of agricultural and food chemistry, 68(46), 12800–12809. https://doi.org/10.1021/acs.jafc.9b08309
Blog escrito por: Dra Javiera Zamora Vera
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